Replantear la “excelencia”
- shadaakabani1
- 10 oct
- 1 Min. de lectura
La educación privada mexicana ha tenido avances en innovación tecnológica y contenidos académicos, pero sigue teniendo un gran rezago en la formación humana a pesar de llevarlo en el nombre de sus instituciones. Frecuentemente, los valores de empatía, compañerismo y equidad se mencionan en los discursos, pero no se practican en el salón.
Replantear y redefinir la “excelencia” es reconocer que el talento no se mide sólo por promedios o logros visibles, sino que se trata de entender que cada estudiante, con o sin discapacidad, tiene un potencial único que se muestra cuando se siente visto, escuchado y acompañado.

Foto: EF Educación Futura. (2023)
Hacia una cultura de accesibilidad
Construir una educación verdaderamente inclusiva requiere una transformación real, consiste en formar maestros con empatía, designar recursos adecuados, integrar a los mentores y voluntarios, y destruir estigmas.
Las instituciones privadas, con su capacidad económica y su influencia social, tienen la responsabilidad de liderar ese cambio y de implementar políticas de inclusión que se enfoquen en los derechos humanos, buscando beneficiar a los estudiantes con discapacidad, y fortalecer la calidad educativa.
Las escuelas privadas se enorgullecen de su excelencia, pero mientras la inclusión no forme parte de sus planes académicos, esa excelencia seguirá teniendo detrás el silencio de quienes aprenden desde la sombra. Porque en la educación, la verdadera grandeza no se mide por la perfección, sino por la capacidad de recibir a todos.






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