Un sistema que excluye en silencio
- shadaakabani1
- 9 oct
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De acuerdo con el Repositorio Universitario de la UNAM (2021), los estudiantes con discapacidad en los colegios privados en nuestro país se enfrentan a miles de formas de exclusión que comienzan por parte de la institución, pasa de algunos casos en los que se les niega la matrícula hasta el mismo aislamiento en el salón por parte de los compañeros y maestros. Aunque la mayoría de los colegios hoy en día buscan promover una imagen empática, moderna e inclusiva abriéndole las puertas a todos, dentro de estas y en sus prácticas sucede lo contrario.
La mayoría de los colegios y escuelas aceptan a los alumnos con discapacidad bajo la condición de que “no afecten el desempeño del grupo” o bien, le exigen a las familias cubrir el costo de sombras, programas de estudio dirigido o atención psicoterapéutica. Esto en sí representa un gasto para los padres que buscan una institución inclusiva, ya que realmente se encuentran con obstáculos como estos que no permiten que los niños y jóvenes se desenvuelvan del todo en el colegio.
En el siglo XXI la inclusión se percibe más como un slogan de publicidad antes de ser una práctica pedagógica, la excelencia académica se sigue posicionando como algo que todos deben tener, pero las diferencias que existen en el salón son consideradas fallas.

Foto: Expo Inclusión. (s.f.)
La problemática radica en la falta de voluntad al no querer innovar y sobre todo en la estructura del sistema educativo en el sector privado. Pues al tener todas las condiciones necesarias para que los estudiantes se desarrollen, se enfoca únicamente en los resultados que puede medir como los promedios, las competencias y las certificaciones, antes que el desarrollo humano. Por ende, en este modelo educativo, los estudiantes con discapacidad se convierten en un desafío incómodo para las métricas del éxito.






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